El Acuerdo Transatlántico para el Comercio y
¿De dónde viene?
En
1990 Estados Unidos junto al Consejo y la Comisión europeos firman la Declaración
Transatlántica. Posteriormente, ya en el año 1998, la Unión Europea haría una declaración común con EE.UU. A partir de 2007 se comienzan a crear grupos
de trabajo para la armonización legislativa y la reducción de los obstáculos
comerciales, y será en el año 2013 cuando
se anuncie la intención de alcanzar el
acuerdo que nos ocupa.
¿Cuál es su propósito?
El
objetivo final es crear la mayor zona de
libre comercio del mundo, una alianza entre continentes que supondría
reunir el 60% del PIB mundial, poblada por 800 millones de consumidores. Se
trata de aumentar el comercio y la inversión existentes entre el viejo
continente y el gigante norteamericano, marcando una pauta en materia de normas
mundiales.
¿Cuál es su estado
actual?
En
estos momentos la Comisión Europea
se encuentra negociando con Estados
Unidos, gracias a un mandato otorgado por los Estados. Para su entrada en
vigor, una vez finalizadas las negociaciones, sería necesario que el acuerdo
adoptado por la Comisión
sea valorado positivamente por el Consejo Europeo. Tras ello, tendría que ser
aprobado también por el Parlamento Europeo, y finalmente por los países miembros,
que no tendrán oportunidad de practicar enmiendas, es decir, tendrán que
aceptar el texto completo o no aceptarlo.
El
mayor conflicto existente son las diferencias
en determinadas normativas, ya que en Europa pueden ser más restrictivas y
en EE.UU. más laxas, o todo lo contrario. Hallar
un punto en el que ambas legislaciones confluyan es el mayor contratiempo a
salvar.
¿Qué ventajas supone?
Las
ventajas que podría suponer este acuerdo son innumerables. Según las
estimaciones, el PIB anual de los
bloques intervinientes en el acuerdo
subirá alrededor del 0,5% tras diez años, del mismo modo que podría generar hasta dos millones de
empleos en los países industrializados.
Por
otro lado, la existencia de un marco normativo sin duplicidades, hace que la seguridad jurídica sea mayor, como ya
sucede en ciertos ámbitos del derecho europeo, como pudiera ser la protección
al consumidor.
Por
último, en lo relativo a las empresas, la inversión
extranjera es uno de los objetivos principales que se marca el TTIP. Entre
las propuestas, aparece la creación de
un tribunal al que las empresas puedan acudir si entienden que un país ha
incumplido la normativa.
Cómo
vemos, hablamos de un Tratado en estado de negociaciones, que podría llegar a
tener un impacto muy positivo en la
economía, además de sentar las bases para una economía y legislación mucho
más globalizadas. Desde Evolutiza
Abogados & Asesoremos Tributarios queremos informarle y asesorarle acerca
del desarrollo de esta nueva norma y las posibles consecuencias que tenga en el
ámbito empresarial y laboral. Contacte con nosotros si tiene alguna duda aquí.